4/1/13

El juicio por jurado no "democratiza" la justicia: ¡la tiraniza!

Por el Dr. Carlos P. Pagliere (h.)

Dr. Carlos P. Pagliere (h.)
Tribunal Oral Criminal N° 2 de Azul

Uno de los argumentos favoritos de los promotores de los juicios por jurado es que "democratizan" la justicia. Es precisamente el argumento más falaz de todos. El jurado no es democrático, en lo más mínimo: el sistema de juicios por jurado NO es tolerado por ningún Estado verdaderamente democrático.

La democracia es el gobierno de la mayoría del pueblo, sea por sí mismo o a través de sus representantes elegidos por voto ciudadano. Cuando elegimos presidente, gobernador, diputados y senadores, votamos todos los ciudadanos y se nombran los candidatos que la mayoría ha escogido.

A los miembros del jurado no los elige nadie. Ellos surgen de un sorteo realizado entre los integrantes del padrón electoral. Los promotores de los juicios por jurado explican: "no hace falta que a los jurados los elija el pueblo, porque ellos son el pueblo". Suena muy lindo, pero es difícil concebir un sofisma más burdo y descarado.

Imaginemos que al presidente de la Nación se lo eligiera por sorteo dentro del padrón electoral. ¿Alguien se podría sentir representado? ¿Y si el sorteado fuera perverso, inmoral, incapaz, mentecato? ¿Habría que aceptar que la persona sorteada es el pueblo? Pues no.

A nadie se le ocurriría tampoco elegir diputados por sorteo, ni senadores por sorteo, ni intendentes por sorteo. ¿Sabe por qué? Porque el "pueblo" no es usted, ni yo, ni nuestro vecino, ni un ciudadano escogido al azar en el padrón electoral, sino que es el conjunto de los ciudadanos.

A través del voto popular elegimos a la persona que nos habrá de representar. La elegimos conforme sus pensamientos y proyectos, en la medida en que coinciden con los nuestros. Un sorteo en el padrón electoral no es una "elección", porque nadie elige nada.

La persona sorteada puede pensar como la mayoría de la población o ser un filonazi, un anarquista, un abolicionista del derecho penal, un perverso, un inmoral. La persona surgida de un sorteo no sólo no "representa" a nadie, sino que impone su voluntad, aunque sea contraria a la del pueblo.

Queda así expuesta la falacia de los promotores de los juicios por jurado: el jurado no es el pueblo, ni ha sido elegido por el pueblo. Son doce personas cualquiera que las escoge el azar. Es la dictadura del azar, porque se echa a la suerte el destino del imputado y la víctima.

Los jueces, en cambio, sí son designados democráticamente. En su elección intervienen: a) el Consejo de la Magistratura (nacional o provincial), que tiene representación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial (y de otras instituciones públicas); b) la Honorable Cámara de Senadores (de la Nación o las provincias), que sesiona y presta su acuerdo, y c) el Poder Ejecutivo (presidente o gobernador) que hace el pedido de acuerdo al Senado y suscribe el decreto de designación. Es decir, aunque no sean elegidos directamente por voto popular, sí son elegidos por los legítimos representantes del pueblo.

Pero no sólo es absolutamente falso el argumento de la "democratización de la justicia" sino que además el juicio por jurado es un sistema tiránico.

Si decimos
 que alguien es tiránico, ¿usted cómo se imagina a esa persona? Si la imagina como alguien caprichoso y arbitrario, que hace las cosas porque así se le antoja, sin explicar por qué, usted está describiendo cabalmente el modo en que la ley obliga a actuar al jurado.

¿Qué diría usted de un padre que castiga a su hijo "porque sí", sin decirle por qué? El niño recibe una paliza y al preguntar "¿qué hice?", el padre ni le contesta. ¿Diría usted que es buen padre? No creo. Más bien todos diríamos que es un padre tirano, déspota ¿no? Bueno, eso es lo que hace el jurado: condena porque sí, sin explicar al reo por qué y absuelve porque sí, sin explicar a la víctima por qué.

No hay que dejarse engañar: el sistema de juicios por jurado no "democratiza" nada. Todo lo contrario: el juicio por jurado tiraniza la justicia penal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario